Siempre he
sentido aprecio por las cosas que veo. Nunca le he tenido ningún rencor a mi
padre, a pesar de saber que lo que hace está mal. Desde
lo de la última vez, no deja que me acerque a “la sala”. Todavía no comprendo
cómo puede ser tan ingenuo. Sigo paseándome por aquellas jaulas, buscando otros
ojos de los que enamorarme. De los que palpitar y reír al mismo tiempo que
trago mis amargas lágrimas. Mi padre… vende niños. Principalmente niñas, a
rusos para que trabajen a cambio de nada. Mi padre gana mucho dinero. Mucho.
Cada niña puede valer quinientos euros, pero supongo que luego valdrán para
algo. Mi padre, aparte de dañar sus humildes corazones, daña su pase al cielo.
Aquella vez fue
especial. Recuerdo que entré en “la sala”.
Del techo goteaba agua sucia, que rebotaba contra el suelo. Las chicas
estaban encerradas en unas jaulas de madera, con una única rendija por la que
poder mirar. Mi padre me enseñaba esos huecos y me obligaba a ver gente sufrir.
El sufrimiento hace daño al cerebro. Todas las noches sueño con que me
secuestran. Por una parte, me siento mal. Por otra bien, porque veo como mi
padre sufre por mí. Quiero que sufra. El caso es que aquella tarde, él no
estaba. Escuchaba los gritos de aquellos niños, pero yo no tenía la llave. Si
no, los hubiese soltado. Sería precioso ver correr esos pies que no han pisado
un suelo firme desde hace tiempo. Pero ahora que lo pienso… ¿De dónde saca mi
padre todas esas víctimas? No quiero ni pensarlo. Mientras me paseaba por la
estancia marchita de sangre, escuché unos susurros. Sin poder evitarlo, observé
que dentro de una jaula se encontraban unos ojos que me miraban con pena. Me
quedé prendado al notar su mirada sobre la mía, sus labios contra los míos, su
cuerpo contra el mío. Y el fundir de nuestros corazones. Acababa de enamorarme
de una presa de mi padre.
La luna bañaba
nuestros cuerpos que se restregaban tiernamente. Quería más. Quería abrazarla para
no soltarla jamás. Mis yemas eran de miel y su cabello la flor más bella jamás
vista. Hasta entonces no había mirado su rostro, sólo sus ojos. Admiré aquella
bonita cara. Pero de repente, se convirtió en una bruja. Su rostro se derretía
mientras se le arrugaba la piel y su pelo se erizaba. Entonces, me desperté
sobresaltado. La cama estaba empapada en sudor. Sudor frío. Pero quería
calmarme, y la única manera de hacerlo era visitar a aquella chica y besarla en
los labios. Así que corrí hasta la cocina y agarré la llave de “la sala” y de
la jaula que correspondía a mi amor platónico.
-Hijo, ¿eres
tú?-me sobresaltó la voz de mi padre.
Me agaché tras
el armario y vi la sombra de mi querido padre. Sabía que iría a la habitación
para encontrarse con una cama vacía. No perdí más tiempo. Salté hacia la puerta
y al ritmo de mis latidos me aveciné hasta “la sala”. Abrí la cerradura y noté
que mi respiración se agitaba cada vez más. Sentía tal amor por aquella chica,
que haría lo posible por sacarla de ahí. Besaba el viento imaginándome su
saliva y me dolían los ojos de tanto mirar su fantástica mirada. Inserté la
llave en la jaula y la abrí. Lo que encontré dentro no podía explicarlo con
palabras. Tanto amor, tanta lujuria, tanta imaginación… Era un husky. Un
maldito perro que tantas vueltas le había dado a mi vida. Una tuerca siempre
gira, pero siempre se detiene en el momento preciso. Yo era esa tuerca y mi
cabeza seguía girando sin sentido. ¿Todo había sido una prueba de mi padre para
comprobar mi lealtad? No había ni pensado en tal absurdez. Pero a veces, veo
sin mirar. Y mis ojos necesitaban algo de qué enamorarse.
Pero ahora que
lo pienso, querido lector, que tus ojos mis líneas leer veo, puede que sean
esos ojos los que yo deseo.
Este relato es para el concurso de Libros Veo, donde podéis votar
Sin palabras, me ha encantado, no puedo decir más.
ResponderEliminarMe encanta *-* Yo ya te veo presentando tus libros por todos lados xD
ResponderEliminarVotado! ;)
ResponderEliminarPreciosa historia! que envidia (sana) siento hacía a ti, ojalá yo tuviese ese don de escritura y mi mente pudiera inventar algo tan bueno!
ResponderEliminarMe he quedado asombrada! =)
Me ha encantado la forma en que está relatada la historia, y el mérito que tiene en tan pocas líneas de dar esos giros tan inesperados.
ResponderEliminarFrancamente genial.
¡Votado! :)
Un abrazo,
Nimue
Ese Arthur como mola, se merece una ola!!! Muy bueno el relato.
ResponderEliminares...no puedo expresarlo. Me encanta, definitivamente creoq ue tienes que dedicarte a eso!! es genial, está escrito con un toque,...nose, me encanta, no se puede describir OwO
ResponderEliminarmaravilloso ha sido genial
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